El periodista y su cámara

Hace unos años Telemadrid puso en marcha un programa que se llamaba «mi cámara y yo». Un programa que hoy sigue en la parrilla del ente autonómico. Fue la primera vez que yo recuerde, en la que un único periodista cogió su equipo de grabación, se lo colocó al hombro y grabó secuencias muy de andar por casa. Lo que en un primer momento fue entendido por la profesión como un error de base, acabó demostrando que para ciertos acontecimientos, eventos o noticias es un buen sistema de trabajo. De hecho los resultados y aceptación de la audiencia fueron muy significativos. Después llegaron los españoles por el mundo y callejeros que copiaron el mismo formato de trabajo con idénticos resultados. Cierto es también que algunos de esos programas tienen su trampa, y que detrás de la cámara hay algún profesional más, pero no siempre.

Hace unas semanas mi compañero de Las Provincias Javier Martínez se enteró de que la Policía Nacional había localizado un zulo en medio de una playa valenciana que era utilizado por los narcotraficantes como almacén para depositar la droga que llegaba por mar. Una historia suya, exclusiva y que decidió contarnos para la web. Su predisposición siempre a la aventura le animó a coger una pequeña cámara, subirse al coche con un policía y llegar al lugar de los hechos.

Javier utilizó la narración directa de todo lo que iba viendo a través de su cámara. Utilizó otro ángulo de la noticia y con ese recurso consiguió que el espectador que había pinchado el video en la web se quedara mucho tiempo atendiéndole. Su narración, sin tapujos y sin tratamiento alguno, nos mostró como vivió el propio Javier la experiencia de colarse en aquel agujero. Un realismo cautivador que nos enganchó a todos y que engancha a quien lo ve, que al final es de lo que se trata. Veamos el video.

captura de la web de aquel día. Pincha sobre el video

Es cierto también que este tipo de formatos no son válidos para muchas historias. De hecho si hay un género que acepta como ninguno esta forma de grabar es el suceso. La crónica negra tiene en esta forma de trabajar un recorrido enorme. Aquí no molesta escuchar las sensaciones en primera persona del comunicador o periodista. Lo que él esté viendo, escuchando u oliendo puede llegar al espectador con la narración en primera persona y esta forma de plantear la cobertura.

Y en el directo es donde se puede alcanzar el máximo realismo. Si podemos emitir en directo un suceso, al que acabamos de llegar y donde estamos solos, el impacto se multiplica por mil. La red de redes necesita de este tipo de planteamientos para competir y distanciarse de la televisión convencional. Enhorabuena Javier por tu decisión, aplomo y sobretodo trabajo.